Acentos y Dignidad
Algo más que decir acerca de las palabras de Jorge Gonzalez referida a las diferencias sociales y de acentos en Chile. Hagamos entonces un poco de sociología.
Es cierto
que la desigualdad ha aumentado en Chile en las últimas décadas. Los ricos
son mucho más ricos y los más pobres solo un poco menos pobres. Esa desigualdad hace que ciertas capas sociales desfavorecidas se atrincheren en
un modo de vivir y de hablar.
Para resumir
diré que en los sectores populares ha
ganado terreno el flaiterío (en general
lo que hasta hace un tiempo llamábamos Lo
guachaca (Este concepto ha sido
reivindicado por ciertas capas medias pero esa es otra historia).
Jorge Gonzalez rechaza que los jóvenes
que viven en una comuna popular tengan que hablar necesariamente como "el flaite que va al estadio y sale a la calle a romper cosas".
Esto no
siempre fue así o al menos no con tanta extensión. Lo que Jorge llama restos de la antigua cultura chilena que todavía
se manifestaba en los años 80, me imagino se refiere a valores como la
solidaridad y la confianza entre las personas, que incluye el respeto a la palabra
empeñada,la cortesía en el trato y el cuidado del lenguaje
que compartían más o menos todas las clases sociales. Todo eso en la actualidad
se ha degradado.
Además
existía otro factor cultural en la sociedad que era la influencia de los
movimientos sociales de los 60’ que eran
integradores y que aportaban información y estética a las nuevas generaciones
en esa década y en las siguientes. Eso permitía que a principios de los 80 el
dealer del barrio por ejemplo atendiera su negocio de venta de yerba sin aditivos jugando ajedrez ,
custodiado sólo por los poster de jimi Hendrix o Santana sin asomo de ninguna
clase de violencia o un grupo de adolescentes en la calle de una población de Valdivia escuchara a Passport
en una radio-cassette.
No es ese el
ambiente actual en una población y no es una música equivalente la que se
escucha en estos años 2000.
La misma observación
que hace Jorge González sobre el lenguaje, la había hecho el director de la radio
internet Uach. El mismo vivía con su
familia en una población y unos años
antes me había invitado a tomar once
a su pulcra casa (antes de la era internet) y me
había mostrado unos videos de John Coltrane lo que para mí en ese tiempo era
toda una novedad.
La conclusión es que flaiterío,pobreza o marginalidad no son equivalentes, más allá de las imágenes que machacan ciertos medios. Lo popular puede ser digno y culto. Espero que a
partir de los movimientos sociales surgidos desde el 2011 se reivindique ese
modo de ser popular.
LoboSoul